sábado, 25 de agosto de 2012

Día variett-ado

Dejando de lado la entrada anterior, en la que cierro un capítulo, les cuento de otro que se me abrió hoy.
Fue un día bellísimo. Me levanté 9:30, como todas las mañanas de sábado, y salí de la cama a las 10. Claro está, que en esa media hora, donde el despertador sonaba cada 5 minutos, trataba aprovechar el último calor matutino que me ofrecía la cama.
Cuando finalmente levantado, me bañé. Miento, me lavé la cabeza. Estaba muy dormido como para bañarme - aclaro que no soy sucio: me bañé el día anterior, che.
Salí a tomar el 50, para dirigirme al centro. Me dirigía a teatro. La clase estuvo buenísimo, como suele ser, y luego me tomé el 56 para hacer payaso con una amiga en un jardín. ¡Me encantó! Los niños: una hermosura. La directora: una dulce de leche. La escenita-improvisación: divertidísima. Una vez finalizado todo, por tan sólo 10 minutos, quise ser maestrx jardinerx (Lo sé, locuras que se le pasan a uno por la cabeza cuando conoce niños tan buenos).
Ahora, bueno, estoy acá en casa. Me cubre la cara la crema para el acné, y la manteca de cacao, pertinente para estos días de frío.

Nota aparte; G y J me compraron un bolsototototote de viaje como regalo del día del niño atrasado (para ir a Córdoba con M *insertar un bello arcoiris aquí*).

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