martes, 15 de mayo de 2012

Facho

¡AY, DIOS! Odio tus palabras fascistas, nazis, y conservadoras.
No puedo creer que conviva con un ser así.
Para, ¿convivo con un ser así, o lucho por sobrevivir con un ser así?
Fuck ya.

domingo, 6 de mayo de 2012

Soledad.

Me cansé. Me cansé de todo.
Las lágrimas se mezclan entre las definiciones para biología.
La soledad se mezcla con la amargura del café.
No quiero más de esto.
No quiero más de nada.
Estoy rodeado de nada.
A cada minuto me voy dando cuenta de más, y más cosas que destruyen mis pensamientos.
Estoy viviendo la nada.
Nada es lo que vivo.
Quiero tirarme en la cama y llorar, llorar como si no hubiera mañana.
Pero lo hay, y lo peor: Mañana es Lunes.

sábado, 5 de mayo de 2012

Aquí.

Y bueno, aquí estoy, con un shortsito y medias cagándome de frío por las fucking lastimaduras que necesitan aire.
Y bueno, aquí estoy, sentado, sin hacer nada... Sin saber qué hacer, siquiera.
Quiero desconectarme de todo. Quiero dejar de proyectarme por los aires de siempre por unos días. Me siento tan mal, tan poco yo, tan encrisiado, tan horrible.
Siento que se me escalpa el alma con un "¡achú!" y que nadie me dice "¡Salud, Santi!". Ni siquiera yo me lo deseo.
¿Qué hago? ¿Me siento y lloro en la silla? ¿Dibujo caritas tristes sin parar en los apuntes de historia? ¿Me va a ayudar el silencio, o el hablar? ¿Me va a sacar el dolor el polvo cicatrizante, o el abrazo de alguien? ¿Tengo heridas en la piel, o son sólo representaciones de algo más?
No sé, me deposito a través de estas palabras en sus pupilas.
Ayuda. Necesito ayuda.

jueves, 3 de mayo de 2012

Marioneta, de Gabriel García Márquez.

Marioneta

Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío, si yo tuviera un corazón,
escribiría mi odio sobre hielo,
y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh
sobre las estrellas un poema de Benedetti,
y una canción de Serrat sería la serenata
que les ofrecería a la luna.

Regaría con lágrimas las rosas,
para sentir el dolor de sus espinas,
y el encarnado beso de sus pétalo...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día
sin decirle a la gente que quiero, que la quiero.
Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos
y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están,
al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen,
sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse.
A un niño le daría alas,
pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.

A los viejos les enseñaría que la muerte
no llega con la vejez sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres
He aprendido que todo el mundo quiere vivir
en la cima de la montaña,
Sin saber que la verdadera felicidad está
en la forma de subir la escarpada.

He aprendido que cuando un recién nacido
aprieta con su pequeño puño,
por vez primera, el dedo de su padre,
lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre
sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo,
cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes,
pero realmente de mucho no habrán de servir,
porque cuando me guarden dentro de esa maleta,
infelizmente me estaré muriendo.
 
Gabriel García Márquez.
 
Un modo de vivir, más que una poesía.