viernes, 13 de julio de 2018

reflejo

En su nombre, de repente, me vi reflejada. Sería falso decir que no aproveché responderle por un fin narcisista. Empecé pronunciando su nombre, saboreándolo, dándole a cada letra una entidad, un fantasma propio.

Pronuncié su nombre. Pronuncié mí nombre. Quedé pasmada. Quedé p-a-s-m-a-d-a. El aula quedó helada, era un viaje por Pompeya todo pago.