miércoles, 15 de febrero de 2012

Tiempos Modernos (1936 ) - Charlie Chaplin

La primer película que veo de Chaplin, y les aseguro, que veré muchísimas más de él, a partir de hoy.
Magnífica, simplemente magnífica. Debo decir que es atrapante como ella sola, tanto por la creatividad y la buena trama, como la fotografía y detalles de la misma.
Bueno, dejaré la cháchara, y empezaré con la argumentación.(?)
Es una película que habla de la forma más amena y ridícula de la explotación laboral y el devenir de las nuevas tecnologías. Se puede ver como el hombre es manejado tiempo completo (excepto por el minúsculo y decorativo descanso) por parte de las autoridades de las empresas. Esta autoridad, el jefe, se transforma en una especie de big brother (cosa que me hizo acordar mucho al libro 1984 cuando aparecía televisivamente por todos lados) controlándolos a todos, aún en los lugares más inoportunos (lease, como el baño).
El proletariado se muestra como una especie de conejillo de indias frente al espectador. Siendo este de uso y abuso de las grandes corporaciones que intentan venderle cosas, por así decirlo, revolucionarias, a otras corporaciones. Obviamente, todo dentro de un marco del ridículo y la inutilidad.
El mundo se encuentra bajo el ajetreo y las corridas y venidas de la gente. El trabajador pierde la cabeza por las largas horas laborales, que son pasadas a millares de kilometros por hora, dejando apenas posible hacer el trabajo.
Ya esta gente pierde las prioridades en la vida, y el trabajo, a fuerza mayor, se transforma en lo primero de la lista, dejando la vida casi esclavizada a ello, incluso algunos perdiendo la cabeza.
Interesante, también, como muestran el stress laboral, cosa que hoy en día se ve continuamente en forma de picos de stress, ataques de nervios, ataques de pánico, y un sin fin más de cosas.
También, entre todo esto, se encuentra el sustento del amor, o por lo menos, el compañerismo de la vida diaria con un otro. Las cosas no mejoran, simplemente se transforman en una entrada y salida constante a la comisaría.
Es increíble, debo decir, que esto siga hasta el día de hoy, en los tiempos modernos.

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