lunes, 10 de septiembre de 2012

Nuevos comienzos

Bueno, partiendo de las frases "Nunca se es el mismo luego de haber leído un libro" (no puedo recordar bien la frase, ni quién la dijo... pero el concepto me encanta), y "Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo? Un libro tiene que ser el hacha que rompa nuestra mar congelada." (de Franz Kafka); y también partiendo de varios hechos autobiográficos recientes, digo lo siguiente:

Leer Demián, de Hesse; me ha hecho pensar muchísimo. Bueno, en realidad, no sé si lo genial es eso, o que de hecho Demián es la versión escrita de miles de pensamientos que me surgían y me atormentaban (y sí que me atormentaban tremenda y terriblemente) hace un tiempo atrás en cuanto a cuestiones religiosas. Ahora, eso llevado a nivel vida diaria es un tema totalmente interesante. Más allá de que exista o no un Dios, que ese Dios contenga las maldades y demonios de uno, que ese Dios sea Dios o Diablo, Verdugo o Ángel... lo importante es qué queremos que nuestras vidas contengan y el rumbo hacia el que ellas irán. Para esto, es necesario romper prejuicios internos, pre-conceptos creados, y el mundo mismo: las ideas del montón, las cadenas que tenemos todos, nuestros propios paradigmas obsoletos (o que consumimos de forma inconciente). Sé que no estoy diciendo ninguna genialidad, y es posible que aún Demián (Hesse) no haya dicho ninguna genialidad, pero el simple hecho de verlo en palabras, y sufrirlo al leerlo, es un punto de partida genial para replantearse, o pensar, muchísimas cosas.

Por otra parte, otros hechos, me han hecho dar cuenta que debo dar un nuevo comienzo a muchísimas cosas. Dar un nuevo comienzo al amor, a los lazos interpersonales, a los lazos intrapersonales, al mundo, a mi vida, a mis estudios, a mí mismo. Debo hallar ese pequeño egoísmo que yace en mí para cuidarme un poco más, para encontrar qué es lo que quiero, y lo que busco. Mi destino. Bueno, no sé si existe o no mi destino. Lo que importa es que, sea lo que sea que haga, será lo mejor que yo quiera para mí, y seré yo quien lo labre. Pero no quiero, para nada, estancarme en la tristeza y depresión por lo fallido. Lo fallido, bueno, se quedará ahí, fallando y aburriéndose en el fondo de mis recuerdos. Mientras tanto, quiero saber que di lo mejor de mi para no fallar de vuelta. Y si fallo, bueno, fallaré mejor.

Bueno, les juro que no me volví ni Buda ni Nietzsche, pero está bueno sacar afuera cada tanto los pensamientos enredosos y de semi-esperanza que tiene uno mismo para con uno mismo. Mañana empiezo a ir al cole de vuelta (falté una semana para descansar), y espero empezarlo con todo. Con las últimas ganas que tengo que meterle en el año. Luego, vacaciones, trámites, y facu. Vamos que se puede.

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