martes, 12 de mayo de 2020

Presunción


¿Te crees importante, Josefina? Mirá, yo entiendo que vos tenes que ocuparte de un caso en este momento. Pero en estos tiempos pandémicos, encuarentenados, distorsionados, también tenemos que comer. Yo sé que nos metió el trabajo, el estudio y la familia en la casa. Puedo ver hasta el último apunte que te circula por la cabeza. Puedo ver hasta el ultimo sello notarial dándote vueltas en la mano. Puedo ver la pelea de ayer con tu novio en la boca. Pero ahora: tenemos que comer.

Si fuera por mí pediría comida a domicilio. ¿Pero vos me entendés que se me hace un nudo moral en el pecho? Porque más que propina, no sé, hay que darles un sueldo y una prepaga. Que ni yo tengo. Y que si me tuviera que casar con un amigo para tener una lo más que llego es a OSECAC. Que tiene 2 millones de afiliados. Siempre te dicen eso en la grabación. ¿Cómo atienden 2 millones y encima en una pandemia? No sé, Josefina, me hacés meter en temas de bioética, deontología y cosas que no sé. Así que no lo único que nos queda es cocinar. Porque sino vamos a tener las defensas bajas. Y a la calle no podemos salir, porque si las defensas bajan… Deben bajar hasta ahí, ¿no? Y ahi es donde ellas se contagian, ¿no?

Me ponés la cabeza como un laberinto. Yo lo único que te quería pedir es que me ayudes con la cocina. Si querés meté tu caso en la olla y lo cocinamos. Lo firmamos todos y lo sellamos a la plancha.

El tema es que vos pensás que te boludeo. O que soy un cabrón. Pero soy sólo un muchacho con una cuchara de madera en la mano y condimentos en la otra. Capaz se me metió la pimienta por los poros y quedé picante. No picante tipo sexting, sino picante de malhumorado, ni esa recomendación del Gobierno quise seguir. Así que, por favor, sabe entender la situación, y ayudame a cocinar.

No sé. Te veo negada a tus necesidades básicas, Jose. Cuando vas al baño siento que queda olor a amparos, fallos y juicios. Pero, ¿sabes qué? Voy a aplicar el principio de presunción. Voy a pensar que no lo haces de mala. No, en serio. En serio. Sinceramente, voy a pensar que lo que hacés, es porque se te quedó pegada una lapicera a los ojos y un papel a la mano. Que lo hacés porque es tu trabajo, y bueno, tan solo eso. Es tu trabajo. ¿O es por coacción? Decime que no. Perdón, me pongo un poco paranoico.

Josefina. Perdón. Se me quemó todo mientras te respondía.


No hay comentarios:

Publicar un comentario